Fichas de la Guerra Civil Española
Las fichas más famosas y comunes de la Guerra Civil española son las «sellos moneda» emitidas por el gobierno republicano en 1938.
Estas fichas se emitieron como un último esfuerzo, cuando la Guerra se acercaba a su fin, para superar el problema de la falta de monedas pequeña.
La moneda de plata dejó de circular en 1937 (iniciada la guerra el valor de la plata de las monedas circulantes de 50 céntimos y 1, 2 y 5 pesetas superaron a su valor nominal y dejó de ser estable) y tanto el banco de España del Gobierno de Burgos (zona nacional) como el de Madrid (republicano) dejaron de emitir valores fraccionarios (ambos bancos coexistieron hasta el final de la guerra e incluso la peseta nacional y republicana cotizó de forma separada en los mercados internacionales).
La acaparación de la moneda pequeña de plata existente por parte del pueblo hizo que no circularan billetes ni otro tipo de moneda fraccionaria. La mala moneda expulsó a la buena.
Los primeros en notar a falta de moneda fraccionaria fueron los comerciantes, lo que indujo rápidamente a que cooperativas y colectividades crearan sus propios vales o abonos de cambio.
Poco después entraron los ayuntamientos y gobiernos regionales, tanto nacionalistas como republicanos (ver posts anteriores).
El Banco de España calcula que hubo varios miles de emisores y más de siete mil modelos de billetes y moneda circulando.
Sellos-moneda
Los esfuerzos de ambos bandos de crear moneda fraccionaria no fueron lo suficientemente efectivas para los valores por debajo de los 50 céntimos. Y entre las soluciones creadas estuvo la del Ministerio de Hacienda de la República que dio su visto bueno el 24 de febrero de 1938 para la circulación, con carácter transitorio, de cartones-moneda con timbres especiales móviles de 0,10 y 0,15 pesetas, y timbres de correos de 0,05 y 0,25 pesetas (los de 0,10 pasaron a ser sustituidos por timbres de correos en seguida).
Los sellos-moneda fueron utilizados anteriormente en Serbia (1915), Rumanía (1917) y Rusia (1916-1920).
Estas fichas consisten en círculos de cartón de 35 milímetros, impreso por una cara con el escudo de España y facilitados por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. Este lado del cartón es de color rojo ladrillo.
El otro lado es de color blanquecino y se pretendía que se adhirieran sellos postales republicanos de las denominaciones antes descritas.
Se pueden enumerar tres categorías diferenciadas:
- Cartón moneda con sellos de Correos de personajes y cifras.
- Cartón moneda con sellos de Correos de la Monarquía habilitados para la República.
- Cartón moneda con timbres móviles.
Otras localidades que emitieron sellos-moneda
La falta de comunicación de algunas zonas y acceso a este tipo de sellos moneda u otras propuestas anteriores propició que algunas localidades emitieran sus propias fichas de cartón moneda en vez de acuñar moneda propia.
Manresa, una ciudad republicana a unos 40 kilómetros al noroeste de Barcelona, por ejemplo, emitió fichas sin fecha de 10 céntimos y 15 céntimos en 1937.
Estos miden 35 milímetros y están impresos en tintas de colores sobre papel blanco.
Vila-Rodona, otra ciudad catalana, a unos 25 kilómetros al norte-noreste de Tarragona, emitió una ficha de 5 céntimos, cada ejemplar estampado con un número de serie e impreso con la fecha de emisión, 15 de noviembre de 1937. Esta ficha mide 45 milímetros y es impreso en cartulina gris.
El municipio de Molins de Llobregat emitió una ficha de 10 céntimos. Esta ficha mide 30 milímetros y está impresa en cartulina gris.
Todas estas fichas llevan impreso en una de sus caras el escudo de la ciudad.
Fichas de cooperativas
Las fichas de cooperativas industriales y agrícolas son bastante comunes en España. Muchas de estas fichas provienen del período anterior a la Guerra Civil e incluso antes del establecimiento de la Segunda República. Por ejemplo, existe una serie de fichas de la Unión Cooperativa de Barcelona fechadas en 1927.
Ahora bien, la Guerra Civil, debido a la escasez ya señalada de monedas pequeñas, fue un gran período para las emisiones de fichas. Sin embargo, muchos de estos tokens, como muchos de los tokens emitidos antes y después de la guerra, no tienen fecha, por lo que a menudo es muy difícil distinguir los tokens que realmente se emitieron durante la guerra. La mayoría de las emisiones de fichas, con una excepción importante, no han sido catalogadas y, dado que las emisiones de la Guerra Civil son populares entre los coleccionistas, no ha sido desconocido para los comerciantes ofrecer como «fichas de la Guerra Civil Española» fichas cooperativas de años anteriores o de periodos posteriores. Por esta razón, la situación con dichos tokens suele ser muy confusa. La única excepción son las emisiones catalanas, que han sido catalogadas por Antoni López i Lluch en sus tres volúmenes de Les Monedes de les Cooperatives Catalanes en 1983.
Además de las cooperativas, otras instituciones emitieron sus propias fichas durante el período de la Guerra Civil. Una serie particularmente interesante fue la emitida por el Institut Pere Mata en la pequeña ciudad catalana de Reus. El especial interés de esta serie radica en la similitud de las fichas de aluminio con dos de las monedas emitidas en L’Ametlla del Vallés de 50 céntimos y de 1 peseta (imágenes de los reversos). Las fichas en cuestión tienen en el reverso las iniciales IPM en un borde decorativo. Pero los anversos, medidas y metal de las fichas corresponden exactamente a dos monedas de L’Ametlla del Valles. Esto parece particularmente extraño ya que los dos pueblos en cuestión están a unos 90 kilómetros de distancia. El Institut Pere Mata también emitió fichas de celuloide de 25 céntimos, 10 céntimos y 5 céntimos.
Al igual que ocurre con las fichas cooperativas, es muy difícil determinar la fecha exacta de las fichas comerciales, que son numerosas y variadas en España. Las fichas de tabernas y restaurantes, como en la mayoría de los países europeos, son comunes.
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